Una respuesta al presidente Luis Arce

Publicado en por Gonzalo Flores

Una respuesta al presidente Luis Arce

El discurso que ha pronunciado el señor Luis Arce el 22 enero es una mezcla de exageraciones, verdades a medias y mentiras completas, empaquetadas en una doctrina nacionalista y socialista cuestionable.

  1. El señor Luis Arce partió de una interpretación infantil y errónea de nuestra historia, la teoría de "español malo / indio bueno”. Cree en una perversidad colonial prolongada hasta la Independencia y aun más, hasta 2009, cuando se promulgó la nueva Constitución Política del Estado. En su visión, la historia boliviana habría estado esperando el momento estelar de la adopción de esa constitución. El señor Luis Arce parece ignorar que Bolivia ha cambiado 18 veces su constitución, a través de otras tantas asambleas constituyentes que creyeron invariablemente que estaban diseñando el futuro perfecto para el país. Un mínimo de prudencia debería llevarle a observar las enormes deficiencias del texto constitucional actualmente vigente.
  2. El señor Luis Arce cierra los ojos y no quiere ver las enormes irregularidades de las elecciones generales de 2019, que fueron incapaces de producir un resultado fidedigno. Simplemente diré que el Sr. Arce niega la existencia, en dichas elecciones, de: acciones fraudulentas evidentes, unas torpes y burdas, otras sofisticadas y tecnológicas; arbitrariedades, errores que resultaron de calificación insuficiente de los funcionarios; ensayos y controles deficientes y vulnerabilidades propias de una gerencia poco profesional.
  3. El Sr. Luis Arce se niega a reconocer la enorme movilización ciudadana espontánea que repudió al Sr. Evo Morales y cree ver en la asunción al gobierno de J. Añez un “golpe de Estado”, aun cuando éste no se ajustó a ninguna de las características de un golpe, como lo define la ciencia política. En particular, esconde que el Sr. Evo Morales renunció dos veces (una en forma oral y otra escrita) y que las autoridades políticas del MAS que se encontraban en la línea de sucesión presidencial también renunciaron, no dejando así otra alternativa que el nombramiento de una senadora que estaba en posición lateral respecto de la línea de sucesión.
  4. El Sr. Arce se niega a reconocer estos hechos. Se refirió constantemente al gobierno de Añez como al “gobierno de facto”, cuando una simple comparación pone de evidencia que Evo Morales ejerció un tercer mandato inconstitucional y que para lograr un cuarto no sólo necesitaba autorizaciones irregulares del Tribunal Constitucional, sino también de la cooperación de un TSE obediente, por lo que el gobierno de Añez puso fin a esa situación irregular creada por el MAS en forma premeditada y con ventaja.
  5. El Sr. Arce quiere creer que las elecciones del 18 de octubre de 2020 representaron simplemente la restauración del régimen masista. Se equivoca. Ahora el MAS tiene que convivir con sus propias fisuras y fracturas internas y con una bancada opositora cuya fuerza crecerá, no por su número, sino por sus argumentos. Pide honor y gloria a los que murieron en Senkata, Sacaba y El Pedregal, pero olvida a los que murieron en La Calancha, El Provenir, Hotel Las Américas, Panduro y Caranavi. Se hace evidente que para el Presidente las vidas humanas no tienen el mismo valor. En una extraordinaria pérdida de equilibrio rindió un homenaje a dos personas violentas que se rebelaron contra la República, una de ellas adversaria declarada del MAS. Dice que su ejemplo es luz para el MAS, cuando debería vacunar a su partido contra ello.
  6. El Sr. Arce dice que la principal tarea de su gobierno es recuperar la democracia, y se propone tareas tan aberrantes como absurdas. Entre ellas, “recuperar” el Estado Plurinacional, como si las reformas formales de entidades que ha realizado el MAS hubieran llegado a tocar la esencia de esa enorme estructura que es el Estado. Omitió mencionar el fracaso estruendoso del MAS en la reforma de la justicia, sin duda porque lo que menos desea su partido es una justicia realmente independiente. Se propone continuar con la “descolonización”, que muy poco tiene que ver con las preocupaciones cotidianas de los ciudadanos. Dice que buscará justicia y no venganza. Lo más probable es que busque mucha venganza y poca justicia, porque de buscar justicia, tendría que instruir que se inicie proceso a muchos dirigentes del MAS por acciones en contra de las leyes, privación de derechos y asalto a las arcas públicas.
  7. El Sr. Arce critica la gestión deficiente del gobierno de J. Añez en el tema de la pandemia. Es verdad, fue deficiente y corrupta, pero la gestión del Sr. Arce no ha demostrado hasta ahora ser superior. Enunció su “plan estratégico” contra el Covid, que supuestamente se basará en testeos masivos, vacunaciones, cooperación con los niveles subnacionales, y cómo no, recuperación de la medicina tradicional. Acusó al gobierno de J. Añez de anteponer su ideología a las necesidades reales, que es precisamente lo que él está haciendo ahora. No mencionó que está tramitando una nueva ley que dará poderes monopólicos al gobierno en la importación y distribución de medicinas y equipos contra el Covid, con lo que dificultará más la llegada de estos esenciales insumos. Todo esto permite dudar de la sinceridad de sus palabras, y porque hasta ahora su gobierno persiste en esconder la información sobre la compra de vacunas a las empresas Gamaleia y al Instituto Serum, y porque el despido de empleados del sector salud no afines a su partido se ha convertido en otra epidemia.
  8. En el campo económico el Sr. Luis Arce no ve otro responsable de los problemas actuales que el gobierno de J. Añez, intentando ocultar que la crisis es mucho más el resultado de un manejo irresponsable durante trece años de los altos ingresos obtenidos por el país como consecuencia del superciclo de las materias primas. En particular, no menciona el fracaso de los principales proyectos de transformación de hidrocarburos, ni la nula inversión en infraestructura hospitalaria, mejoramiento del equipamiento médico y fortalecimiento de la producción nacional de equipos y medicinas.
  9. El Sr. Arce exageró el efecto previsto de las medidas económicas que ha dictado. Pretendió hacernos que creer que el Bono contra el Hambre reactivará la economía, cuando es evidente que por el alto consumo de bienes importados que realiza Bolivia, estimulará más las economías de países vecinos que la nuestra. Subrayó la importancia de las medidas tomadas en el plano financiero, pero escondió el impacto negativo que tendrán sobre la banca. No mencionó que la devolución de aportes a las AFP, si bien generará una liquidez inmediata en los ahorristas, implica que no tendrán jubilación o que sus rentas serán muy bajas. Afirmó haber reducido los gastos del gobierno central (en realidad dijo: “federal”) y haber ordenado un incremento de los presupuestos de salud y educación en 10%, afirmaciones que no son verdaderas. En la práctica, el gasto público sigue expandiéndose y seguirá ejerciendo presión sobre las RIN y a mediano plazo, sobre el tipo de cambio. Defendió el impuesto a las grandes fortunas, sin mencionar que esa medida ahuyentará a los pocos inversionistas locales que tenemos. Denostó al gobierno de J. Añez por haber cerrado las operaciones de la fábrica de Bulo-Bulo, pero no dijo que esa equivocada inversión y pésima localización fueron decididas por el MAS cuando él era ministro de Economía y Finanzas.
  10. Afirmó, por último, estar restaurando el modelo socio comunitario productivo, reactivando la inversión pública y dinamizando la economía para reducir la desigualdad, cuando todos sabemos que la creencia en dicho “modelo” fue la que alentó el malgasto de los ingresos extraordinarios del gobierno, y que el problema grande del país no es la desigualdad sino la pobreza, especialmente la absoluta.  Quiere creer que estamos “volviendo” a la industrialización de los recursos naturales y a la sustitución de importaciones, como si éstas hubieran existido en algún momento de los gobiernos del MAS. Cree, en fin, que se instalará una época de “justicia social”, concepto que no tiene ningún significado, como no sea el de tirar el dinero público en forma de donaciones y gastos superficiales.

En poco más de 35 minutos, el Sr. Luis Arce ha dejado claro al país que no representa ningún progreso respecto del iletrado que lo precedió, que persiste en negar la realidad y los hechos y en pretender sustituirlos por postverdades, que no ha asimilado las severas lecciones del despilfarro de los fondos públicos, y que pretende replicar los mismos errores en nombre de la descolonización, el vivir bien, la lucha contra el imperialismo y la construcción de una hermosa patria socialista de ciudadanos iguales, que no es nada más que un sueño irresponsable, pero como todos los sueños de los fanáticos, seductor e irresistible

 

 

P.S. Véase el discurso completo en: https://www.youtube.com/watch?v=TxOuUx9eumk

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